Antes de empezar esta entrada quiero lanzar un disclaimer: no soy rubia. Sigamos. A lo largo de los años me he dado cuenta de una cosa, que toda morena en algún momento de su vida ha querido ser rubia. Eso es tan cierto como que toda mujer en algún momento de su vida a querido ser hombre (léase esperando la cola para el baño en un bar). Las hay incluso que han decidido dar el paso y convertirse en rubias – y quién soy yo para juzgar. ¿Pero por qué las morenas no asumimos que nunca podremos tener el pelo de Reese Witherspoon en Una rubia muy legal?

Después de pensarlo bien, he llegado a las siguientes conclusiones:

1. El rubio hace más joven. Es un hecho. Y es unas de las razones que siempre me da mi madre cuando le pregunto porque no vuelve a ser morena.

2. Las películas americanas han hecho mucho daño. Antes mencionaba el color de la protagonista de Una rubia muy legal sin darme cuenta realmente de la influencia del cine en nuestra vida. En todas las películas hay por lo menos una rubia, haced la prueba. ¿Casualidad? No lo creo..

3. Imposible pasar de él, se lleva hasta en invierno. Hasta ahora el rubio era solo para verano, pero poco a poco esta colonizando el invierno. Si la esencia del invierno consiste en días oscuros, lluviosos y tristes, ¿qué pinta un rubio veraniego en todo esto?

4. Pero es tan bonito.. Lo es. Pero cuando os hayáis teñido y al mes vuestro color natural empiece a aparecer, no pensaréis lo mismo.

5. Siempre queremos lo que no tenemos. ¿O acaso alguien conoce alguna persona con el pelo liso que no se queje porque no lo tiene rizado y viceversa?

Es verdad que ser rubia es uno de los temas pendientes en mi lista de cosas que hacer antes de los treinta. But keep calm everybody, no tengo intenciones de teñirme. De momento.