El otoño ha llegado aunque los días de tiempo californiano hayan hecho acto de presencia en pleno mes de octubre. Y yo que soy una persona de invierno, estoy deseando que lleguen todas las cosas que vienen con él: frio, castañas, arboles sin hojas y capas interminables de ropa.

Pero mientras tanto tengo que conformarme con pequeños cambios, como las uñas. Para inaugurar la temporada otoñal en mis manos he escogido el esmalte de Yves Rocher Le Vernis en el tono 108. Un color berenjena oscuro que queda muy elegante, y más en unas manos blancas como las mías. Hacen falta dos capas para conseguir el color y en mis manos dura hasta cuatro días antes de que empiece a romperse. Lo que menos me gusta es la brocha, demasiado estrecha para mi gusto.

Es difícil concentrarse en el invierno con 23 grados en la calle, pero son estas cosas las que me van poniendo en situación. Por lo demás, que alguien me despierte cuando haya llegado el invierno. Por favor.